jueves, 4 de noviembre de 2010

ENTREVISTA A GECKO TURNER


El dicho: “nadie es profeta en su tierra” se adapta a la perfección a la figura de Gecko Turner. Con un reconocimiento internacional mucho más significativo que en nuestro país, el extremeño publica, tras cuatro años de espera, su tercer álbum en solitario. Gone Down South, grabado entre Extremadura, Madrid, Londres, Los Ángeles o Texas.

Nuevo disco: Gone Down South tras cuatro años de silencio. ¿Cocinándolo a fuego lento?
“Pues la verdad es que sí, pero más que de manera intencionada, las circunstancias en las que he estado han propiciado que la cocina funcionara a ese ritmo, y merece la pena esperar si al final consigues aproximarte a lo que quieres hacer”.

Tercer disco en solitario. ¿Será éste el álbum de consagración del sonido y la carrera de Gecko Turner?
“Pues no lo sé, pero con que le guste a un montoncito de gente y pueda provocar unas cuantas actuaciones en directo, pues ya sería más que suficiente. El tema de consagraciones y demás ya es algo que tiene que decir la gente”.

¿Qué vamos a encontrarnos en este nuevo trabajo?
“Realmente no tengo muchas pretensiones de contar muchas historias, más que nada hacer referencia a algunos temas y envolverlos en canciones sencillitas, arropadas por los grandes músicos con los que tengo la suerte de trabajar”.

Grabado entre Londres, Extremadura, Texas, Madrid, California…
“Sí…Es una cosa que resulta más sencilla llevar a cabo hoy en día que hace veinte años cuando había que trabajar con las enormes cintas de grabación. Ahora con un pequeño disco duro puedes llevarte todo de un lado para otro, abres la sesión en Londres, Los Ángeles o donde sea y puedes seguir grabando cosas, añadiendo cosas a la canción o mezclando o editando. La verdad es que el mundo digital ha traído ciertas desventajas a la música, en el sentido de la caída de las ventas etc. Pero también ha aportado el lado positivo de poder trabajar de esta manera”.

¿Fueron premeditadas éstas sesiones de grabación, o según estabas en…
Texas por ejemplo surgía la idea?
“Según iban saliendo las cosas. Si a lo mejor estaba en Texas unos días y podía quedar con mi amigo el baterista Branne Temple, que ya grabó unos temas en mi disco anterior, pues organizábamos una sesión con él y otros músicos. También de manera casual, dos semanas después en Los Ángeles, estuve editando y mezclando lo que habíamos grabado con: Sunny Levine, un chaval joven que es un fenómeno como productor, al que tuve la suerte de conocer en una reunión en la discográfica de allí, y que viene de una familia con mucho pedigrí en el mundo de la producción. Es hijo del prestigioso Stewart Levine y nieto de Quincy Jones…”.

Han sido cuatro años viajando, tocando, y conociendo mucha gente como nos cuentas ¿Pero qué encuentro destacarías?
“He tenido la suerte de disfrutar del talento de un montón de músicos en muchos sitios diferentes, pero intentando recordar a alguien muy especial para mí, me quedaría con el trompetista Ray Harlowe. No he tocado con él, ya que yo tengo un trompeta de cabecera que es Irapoan Freire que me ncanta como toca, pero sí tuve la suerte de conocerlo, ir a un concierto suyo y después estar cenando y tomando algo por ahí”.

¿Habrá versión “manipulada” de Gone down South?
“Eso habrá que preguntárselo a los LoveMonk Brothers (LoveMonk es el sello que edita el disco de Gecko Turner) que son los ideólogos de estas cosas. En principio me consta que ya hay dos temas que han sido remezclados, Truly y When I Woke Up, que pronto saldrán en una edición de vinilo que llevará los originales por una cara y los remezclados por la otra. Lo que no sé es si al final habrá una versión “manipulada” o irán saliendo las remezclas en vinilo”.

¿Gecko Turner es el claro ejemplo de que nadie es profeta en su tierra?
“Puede ser…Me consta que por aquí hay mucha gente a la que le puede gustar la onda de lo que hago, pero sí es verdad que el grueso de los que me siguen es de fuera de España. Eso viene condicionado por muchos aspectos ya que la música que yo hago, que intento hacer o a la que me intento aproximar es una música de raíz afroamericana, con muchos temas cantados en inglés, y eso encaja casi más en la música tradicional de países como EEUU por ejemplo. Me resulta lógico pensar que haya allí más gente interesada en lo que hago ya que por aquí hay otras líneas musicales que tienen muchos más adeptos que la mía, como la cosita ésta de la rumba pachanga por ejemplo”.

¿Cómo y cuando se produce el proceso de pasar de Fernando Gabriel Echave a Gecko Turner?
“Pues fue a principios de los noventa, el día que rellené los formularios para registrar mi primera canción como autor en la SGAE. Dentro de los campos que había que rellenar había un espacio en el que te invitaban a poner un pseudónimo, y ahí surgió lo de Gecko Turner ya que me gustó como sonaba, en esa época en la que yo acostumbraba a cantar en inglés, y sin ser consciente de que iba a ser mi nombre de trabajo ya para los restos. Lo de Gecko viene porque en el barrio de las 500 de Badajoz, donde yo me crié, solían poner motes y a mí me pusieron Keko, que se transformó en Gecko cuando me fui a vivir a Londres. Me gustaba más la adaptación londinense del apodo, que además tiene significado ya que Gecko significa: pequeño lagarto que vive en los países cálidos, y ya se quedó tal cual. Y lo de Turner pues por poner un apellido de músicos y artistas a los que admiraba”.

¿Qué suena últimamente en el reproductor de Gecko Turner?
“Lo último que he estado escuchando, ayer precisamente con Diego Antúnez, un flautista y saxofonista que colabora conmigo, fue un disco de flamenco que va a salir dentro de poco y que tuve la suerte de producir, de un cantaor de Jerez que se llama Fernando “Terremoto”, y creo que es de las cosas más interesantes y emotivas que he hecho en mi vida ya que Fernando se murió en febrero de éste año y no va a poder disfrutar de su trabajo. Al menos esperamos que el público sí pueda disfrutar de su arte y de sus canciones. Y además de él, pues escucho lo de siempre, clásicos como Ray Charles, Marvin Gaye o Curtis Mayfield suenan todas las semanas, y hace un par de semanas, viniendo en coche desde El puerto de Santa María me sacó un colega un disco de un tipo de soul que conocía de nombre pero no tenía controlado llamado Shuggie Otis que me pareció fabuloso”.

Además de tus discos, ahora que hablamos de Fernando “Terremoto” ¿Hay alguna otra producción o colaboración que hayas hecho últimamente?
“Lo de “Terremoto” es lo último, pero antes de eso estuve produciendo un montón de temas para el disco del Reverendo Gené García, un músico de funk, blues, góspel que aún no ha salido, y también compuse y produje un par de temas para una cantante de jazz, blues y esta onda de San Francisco pero afincada en Alemania que se llama Brenda Boykin. La música es mi vida, está claro, y hay músicos que me encantan y me envuelven, pero la emoción y lo que me transmiten los grandes cantantes como Brenda, la verdad es que me apasiona. Tengo gran debilidad por los grandes cantantes.
Y en cuanto a colaboraciones, pues he hecho una cosita para un disco de un músico en Austin( Texas), que hace una onda de cumbia electrónica, que nunca ha sido ni mi estilo ni mi rollo, pero él estaba muy interesado en trabajar conmigo así que me fui para allá y durante una semana estuve con él en su estudio haciendo un tema que se llama: Hey Mano, Hey Mana. El proyecto se llama Charanga Cakewalk y creo que aún no ha salido. Lo que sí salió fue la colaboración que hice junto al grupo peruano Novalima en su último disco”.

Si no fuera Extremadura ¿Dónde viviría Gecko?
“Probablemente cerca de la esquina de la calle 149 con Saint Nicholas en la parte alta de Manhattan, en Harlem. He estado allí unas cuantas semanas un par de veces y me encanta. Además está mi garito de noche favorito de Nueva York, Saint Nichs, que es donde van todos los músicos del barrio a hacer Jam Sessions. Es un bar que merece la pena visitar porque se sale de todo el estereotipo musical jazzero que hay en el Down Town, que son esos sitios tan caros y de tiros largos como puede ser el Blue Note. Éste no, es como si fuera un bar de toda la vida con los músicos tocando, sin que te cobren nada por entrar y hasta donde te puedes sacar la bebida y sentarte en la calle. Allí, en Harlem, sí me gustaría vivir una época”.

¿Cuánto pesa un limón en la cabeza?
“Esa pregunta es interesante… Hacía tiempo que no me hacían una pregunta que me exigiera tanto rigor científico a la hora de responder, pero te diré que en mi caso pesa bastante porque de alguna manera, el arrastre que produjo el limón cuando salió, me ayudó y fue una canción que me abrió un hueco en el panorama musical, por lo que siempre será un peso agradable de llevar. El saber que ese tema ha sido el que ha propiciado que después pueda sacar más discos y más cositas, hace que le tenga especial cariño”.

PUBLICADA EN LA REVISTA: RITMOS DEL MUNDO POR BRUNO FREIRE LEÓN

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