jueves, 28 de julio de 2011

Rubén Blades y la Orquesta de Roberto Delgado

Rubén Blades y la Orquesta de Roberto DelgadoVeranos de la Villa, Madrid 12 de junio de 2011.

Una intensa bajada de las temperaturas, lo cuál siempre es un respiro en el tórrido mes de julio, recibió al artista panameño a su llegada a la capital. Hecho no muy común y que extrañó al propio músico. Ahora bien, bastaron dos canciones para que la temperatura del recinto de Puerta del Ángel aumentará hasta límites poco comunes en el recinto. Ya son varios años asistiendo a los conciertos de los Veranos de la Villa, y pocas veces y pocos artistas son capaces de caldear el ambiente de semejante manera.
El día anterior el trompetista Wynton Marsalis había dejado el listón a una altura muy, pero que muy alta, por lo que el músico panameño no iba a tener nada fácil mantener el estupendo sabor de boca que aún relamíamos. Pero los grandes artistas no son grandes por azar, y Rubén Blades, como uno de ellos que es, así lo demostró.
Acompañado esta vez por la orquesta de Roberto Delgado y no la mítica Seis del Solar, el panameño ofreció un espectáculo de dos horas y media en el que repasó parte de la inmensidad de su repertorio. Canciones de su último disco Decisiones, temas menos conocidos y poco interpretados sonaron junto a los clásicos que no podían faltar para no defraudar a un público, repleto por cierto de latino americanos, como Juan Pachanga, Maestra Vida, Buscando Guayaba, Amor y Control y como no, Pedro Navaja. A pesar de haberse dedicado siete años a otros menesteres que lo han mantenido apartado de la primera línea, el sexagenario compositor sigue estando en ella. Con un control absoluto sobre el escenario, el ritmo del concierto y la dirección de la orquesta, Blades embelesó y condujo a los asistentes por la senda que quería en cada momento. No solamente es conocido como el rey de la “salsa intelectual” por el calado de sus letras, si no por su incesante actividad, su versatilidad y su embaucadora personalidad que saca a relucir en todo momento. Y por si fuera poco, por allí además se pasó el trompetista puertorriqueño Jerry Gonzalez a regalarnos alguna de sus susurrantes notas. Ahora entenderán por qué, los que llegaron con frío salieran sudando.
Publicado el revista B!ritmos por Bruno Freire León

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